Elogio de la duda

Así titula Antoni Puigverd un interesante artículo en La Vanguardia. Según él, en el universo masificado de los blogs se tiende con gran facilidad al comentario taxativo, radical e irrefutable. Este sensacionalismo es la manera de distinguirse. Y las webs informativas corren riesgo de contagio con semejante práctica. Por eso, Puigverd recomienda el sano ejercicio de la duda en el periodismo: "Desconcierta y fatiga, sí, pero fomenta la prudencia y cultiva el respeto".
Pienso que un buen protocolo al respecto es el método de verificación utilizado en su día por Sandra Rowe, directora del Oregonian de Portland, que consistía en interrogar a los textos ya elaborados con preguntas al estilo de “¿Cómo hemos sabido esto?¿Por qué debería el lector creer eso otro?¿Qué suposiciones oculta esta frase?”. En definitiva, esta técnica de verificación realizada conjuntamente por editores y redactores, pretende “crear un ambiente en el que se pueda cuestionar un artículo sin cuestionar la integridad del reportero”.
No cabe duda que sobre esta base se edifica la confianza de los lectores. Y resulta afortunada la frase de Vaclav Havel traída a colación por Puigverd y aplicada a la actitud del periodista: "Cada día tengo más miedo de dejar de ser alguien en quien se pueda confiar".

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